martes, 18 de mayo de 2010

LOS SUPERMERCADOS Y LA SINDICALIZACION EN EL CONTEXTO DE LA GLOBALIZACION CAPITALISTA

los SUPERMERCADOS y la SINDICALIZACIÓN en el CONTEXTO de la GLOBALIZACION CAPITALISTA




Todos tenemos un deber de amor que cumplir, una historia que hacer, una meta que alcanzar. No escogimos el momento para venir al mundo: Ahora podemos hacer el mundo en que nacerá y crecerá la semilla que trajimos con nosotros.
(Gioconda Belli)



Cuando uno pone el primer pie dentro, el contexto completo se trasforma para invitarte a consumir: luces, música, maquinas llenas de dulces de colores, gente que pasea alegremente esquivando carros por los pasillos buscando la mayor satisfacción al menos precio… desde el otro lado, los jefes muy bien vestidos y muy bien peinados, luciendo orgullosos sus medallas y chapitas, vigilan a los trabajadores de menor jerarquía quienes sudan para no disgustar al señor feudal de este templo del consumo, porque la estructura piramidal hace de que si el administrador se enfurece, se enfurece el subgerente y luego el jefe de cada sección y finalmente la presión se desata contra ellos.

Eso señores, es lo que se vive día a día dentro de un supermercado. Ese discurso desabrido de "la gran familia" que nos venden cuando nos contratan se va inmediatamente por la taza del baño, porque solo perteneces a ese privilegiado linaje cuando haces de la competencia tu forma de vida, cuando trabajas más horas de las legales (obviamente sin las marcaciones correspondientes de entrada y salida), cuando denuncias a tus compañeros o cuando sonríes frente a la explotación
El objetivo de los supermercados es sacar la mayor ganancia al menor costo para el empresario, ya que el verdadero costo siempre lo terminan pagando los trabajadores y los pequeños comerciantes y productores, como ejemplo: el precio de un producto de origen se multiplica por 11 al pasar por caja en el supermercado, eso hace que la diferencia media entre el precio de origen y el que finalmente pagamos sea de un 390%; se estima además, que el 70% del beneficio del precio de cada producto que pagamos en caja va a parar a la gran distribución y el resto solo se reparte el 30% restante, todo esto sin mencionar la situación monopolica que hace que siete grandes cadenas de supermercados controlen mas del 75% de la distribución de alimentos en el mundo.

Esto ha hecho que la gran distribución comercial, llámense supermercados, hipermercados, cadenas de descuentos, mall, etc. Hayan experimentado en los últimos 30 años un extraordinariamente fuerte proceso de expansión y concentración y se han convertido en actores fundamentales de la globalización capitalista en el planeta, llegando a un punto en el cual el departamento de compras de un supermercado puede influir directamente en el despido de millones de campesinos pobres en Sudáfrica, cambiar el destino de los cafetaleros e Colombia o modificar radicalmente las plantaciones de arroz en Tailandia.

Evidentemente, y como ya lo hemos señalado, este modo de producción comercial lleva consigo una obscena precarización del empleo para quienes forman parte de su plantilla laboral (se estima que por cada empleo precario que se genera, se pierden de 1,5 a 4 empleos de calidad). Bajos salarios, sobrejornadas, turnos rotativos, discriminación de género, sometimiento a tareas repetitivas y rutinarias que llevan a la aparición del agotamiento, estrés y enfermedades laborales propias del sector, como dolores crónicos de espalda y cervicales, flexibilidad numérica que permite a la empresa contar con un grupo de trabajadores temporales con horarios flexibles (utilizados para ajustar el numero del personal de acuerdo a las necesidades de la producción) y, por supuesto, la persecución a la sindicalización, son el pan de cada día para quienes trabajamos en el sector.

Esta política antisindical, se lleva a cabo a través de múltiples mecanismo de control, generalmente ilegales, como dificultar el derecho a reunión, presionar psicológicamente a los trabajadores que apoyan al sindicato, echar a correr rumores falsos acerca de la sindicalización para desincentivar a los trabajadores nuevos o a los que aun no ingresan, discriminar laboralmente a quienes osaron enfrentar a la patronal formando o ingresando a un sindicato, realizando amenazas (incluso por teléfono), despidos injustificados aludiendo a supuestas necesidades de la empresa que nadie se traga, o simplemente llegar al extremo de crear "sindicatos amarillos" que son controlados por la misma administración.

Sin embargo, ninguna de estas triquiñuelas logra detener la digna rabia de los trabajadores y trabajadoras que poco a poco han comenzado a darse cuenta de sus derechos y de la necesidad de organizarse para defenderlos y lograr nuevas conquistas para la clase obrera. Los sindicatos han comenzado a multiplicarse por el territorio y, a pesar, de que el sindicalismo hace muchos años que esta sumido en una profunda crisis de participación y de acción (del total de la fuerza laboral del país solo el 13% esta sindicalizada y de estos, un 30% esta inactiva), sobre todo desde la promulgación del código del trabajo bajo la dictadura pinochetista, la cual le quita a la actividad sindical, en gran medida, su capacidad de defender a los trabajadores frente a la explotación y el abuso laboral, no podemos desentendernos del importante papel que estos juegan en un proyecto popular de transformación de la sociedad.

En este contexto de profunda fragmentación del movimiento sindical, de individualismo y competencia, de la creciente desregulación del trabajo que permite la flexibilización salarial y la externalización de tareas en múltiples empresas subcontratistas, de malos tratos laborales, de constantes practicas antisindicales, etc. La tarea de los trabajadores y trabajadoras debe ser la recuperación de la solidaridad y la conciencia de clase, como elementos que hicieron fuerte a los movimientos sindicales de ciclos históricos pasados y de ahí, comenzar a identificar nuestros intereses y enemigos comunes y, principalmente, ganarnos el respeto entre los compañeros de trabajo, unificarnos y confiar en nuestra propia fuerza.

Por esto, el llamado y la propuesta es, urgente y necesariamente, a la UNIDAD, como único mecanismo por el cual podemos lograr dar una pelea firme y consistente contra los dueños el poder y la riqueza que oprimen y explotan al pueblo trabajador, ya que no nos podemos equivocar dirigiendo nuestros principales golpes contra las gerencias o administraciones de nuestros lugares de trabajo, sabiendo que el verdadero patrón esta mucho mas arriba, oculto en las grandes corporaciones y cadenas.

Debemos buscar nuevas formas de resistencia y de lucha, que vayan avanzando en la medida que vamos desarrollando nuestra conciencia y nos demos cuenta del rol que cumplimos en la sociedad y en la lucha política y económica contra la desigualdad que genera este sistema mundial llamado capitalismo. Así también, debemos desechar las formas autoritarias, burocráticas y verticalistas de organización sindical, y buscar nuevos métodos de organización sindical más colectiva y participativa, donde cada trabajador y trabajadora sea parte del proceso que esta llevando a cabo, para así ir descubriendo su propia identidad como clase y nuestra historicidad en un proyecto social común con todos los demás actores que luchan desde las mas diversas trincheras para una mejor sociedad para todos y todas.

Felipe Araya S.
Presidente Sindicato Nº 1 Hipermercado Tottus Centro – Antofagasta

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